lunes, 7 de septiembre de 2009

Queda uno

El ambiente ya está preparado. La gente comienza a invadir la plaza de noche y las luces guían sus pasos. Los puestitos están montados, el escenario comienza a ser testigo de inumerables actuaciones. Las atracciones se levantan con pereza, la tómbola grita de cerca, suena música de feria. Todas las calles van hacia allí, ninguna se pierde en el iluminado camino de septiembre. El frío baila entre las personas. La magia de los momentos que vendrán se instala en los grises adoquines, y se acoge en el oscuro cielo que nunca duerme. Y así, tantas caras que se reconocen y se saludan a lo lejos, tanta multitud que participa en este perfecto marco, tanto polvo de estrellas que se desvanece en quienes abran las manos, se vuelve a dar la bienvenida a todos los que llegan, a todos los que vuelven, y a todos los que nunca se han ido.



Este mes tiene diez letras, mi nombre cinco. Complicado si no estás.