sábado, 22 de agosto de 2009

Un día en la vida

Los días pasan, uno tras otro, obedientes al tiempo y su transcurso, ignorantes de aquel que se detenga a contarlos, dueños de todos los que esperan de ellos algo más que veinticuatro horas. Y yo tras sus huellas. Observándolos de cerca, en busca de lo que se llevaron y olvidaron devolver, soñando que detienen su viaje cada insignificante instante, sintiendo como luchan por ser la rutina del mundo, viendo como aman la absurda normalidad. Y siguen caminando, corriendo, volando, sin atender a los tropiezos de los que ellos son culpables. Lentos y fugaces, son excusa del olvido, como son testigos de la prisa que lucha incansablemente contra los ruidosos segunderos. Vida es como los días designan nuestra presencia en sus números, pero la vida no sólo es el tiempo que ellos marcan, es mucho más. Vida es sentir que hoy y ahora comienza el resto del por venir, vida es aprendizaje infinito, vida es enseñanza con fin, vida es retroceder y avanzar, vida es sueños y despertares, vida es empezar y terminar, vida es sonreír y llorar, vida es levantarse y caer, vida es perdonar y disculpar, vida es enfrentarse y no volver atrás. Vida no es negra ni blanca, vida no es izquierda ni derecha, vida no es hola ni adiós, es más, la vida no es ni ruido ni silencio, es música. Y la banda sonora de tu vida la eliges tú.