domingo, 13 de diciembre de 2009

Querido mañana:

No eres más que una fecha a lápiz sobre una mesa del fondo. Un momento que empieza antes de comer y continua después de hacerlo. Unos pendientes verdes elegidos a posta. Un juego mítico en un móvil con tapa. Una breve despedida tras un largo puente rojo. Unas cuantas preguntas con inocentes respuestas. Unas gradas vacías que se llenan con palabras. Un día diferente a todos los demás.


Hoy el mundo y mi almohada huelen a ti. Mañana todo será distinto.
Has tenido tiempo, más del que tuve yo.