miércoles, 7 de abril de 2010

él

Esperarle, echarle de menos y quererle en el más tímido y absurdo de los silencios, era una opción de vida, la opción que sin duda escogí.

Pienso diferente, hablo diferente, visto diferente e incluso camino diferente. No me gustaban los cambios, mas cambié sin darme cuenta. Su firma en mi alma es lo único que conservé de un ayer incierto, la misma que recuerda que hasta mi identidad lleva su nombre.

Y entonces aparece él, un niño de catorce que hoy tiene dieciocho, y ella se convierte en aquella imantada a su mirada y atrapada en sus palabras, aquella sin fleco y con esperanza, aquella inocente y asustada, aquella que a pesar de saber lo perfecto que es, siente que hasta sus inapreciables defectos no dejan de hacerle especial.

La opción que sin duda escogí, era una opción de vida. Esperarle, echarle de menos y quererle en el más tímido y absurdo de los silencios.


Porque le quiero desde hace mucho y lo digo desde hace poco.