Mi agobio tiene un ritmo pulsátil. "El Irlandés" tiene de todo menos pelirrojos. Ni abril ha traído aguas mil ni la primavera ha alterado ninguna gota de sangre. Los grandes cambios traen pequeños progresos, despreciables diría yo. Después de todo, la inocencia sigue haciendo que me crea lo increíble. Me levanto más temprano de la cuenta y no cuento cuántos cuentos cuento. No me aplico los consejos que doy. Busco y no encuentro. Cuando intento medir mis palabras y calcular mis movimientos, termino midiendo lo que no dije y calculando lo que dejé de hacer. Quiero que no lo sepa y que se dé cuenta de lo que en realidad no ignora.
Necesito tiempo, lo más pronto posible.
